Viborianus
Victoriano Robles Cruz.
Contra la racionalidad.
Ahora, en la columnilla le meteremos al tema turístico, por los 42 dólares, en el cual parece que solamente el gobierno federal tuviera responsabilidad, si se aplicara como ha determinado el Congreso de la Unión. Por que legisladores de Quintana Roo en el senado también aprobaron esa norma. Ninguno se abstuvo. Y hasta la promocionan en sus espacios virtuales.
Con decirle que, el Lorito de mi casa es más irreverente. ¿Por qué, siempre nos preguntamos los quintanarroenses, no brilla una gota de racionalidad entre estos legisladores Verdes de Quintana Roo? ¿Por qué será? ¿Será para que los ciudadanos culpen a Morena de estas cargas impositivas?
La irreverencia es tomar distancia, pensar (eso… pensar), vencer la pereza, asumir la incomodidad de desafiar los lugares comunes, lo aceptado, lo establecido. ¡El pueblo es irreverente! La irreverencia requiere pasión. Pasión por tener algo para expresar o valores que defender Como defender a los quintanarroenses.
Tiene su comprensión. ¿Por qué hacerlo? ¿Qué nos lleva a rebelarnos? La injusticia, la arbitrariedad, la inequidad, la mentira, la insensatez humana, los malos tratos, realidades que debemos cambiar.
¿Qué tiene de congruente con la ciudadanía, de lógico, de racional elevar o “ajustar” esos impuestos para los visitantes portuarios -como eufemísticamente le llaman los promotores- ¡pues nada…así de sencillo!
¿Qué le pasa a la gente de la burocracia Verde? ¿Por qué actuamos a veces de una manera que otros consideran abiertamente irracional? En la mayoría de las veces resulta difícil entender qué hay detrás de estos comportamientos, que nos hacen dudar del grado de racionalidad de estos seres humanos, no es sencillo.
Entender qué hay detrás de estos comportamientos, que nos hacen dudar del grado de racionalidad de los seres humanos, no es sencillo.
Desde esta columnilla y a petición de nuestros tres lectores seguiremos siendo tercos defensores de la racionalidad política. Puede ser una apreciación muy optimista, pero seguiremos siendo fieles creyentes, con convicción, sin que el agotamiento forje mella.
Pero, regresando a los 42 dólares: ¿ni sabemos en qué se va a utilizar? ¿Quién va a informar a los ciudadanos del uso de estos recursos? ¿Qué organismo de transparencia vigilará e informará de estos fondos del Derecho Portuario? Ni sabemos de los 5 dólares que se cobrarán en Quintana Roo a partir del primero de enero de 2025. ¿Por qué antes de imponer un impuesto no se difunden las reglas del uso y beneficiarios?
Cierto, hasta ahora la inmensa mayoría de empresas vinculadas con el negocio de los cruceros han respondido con rechazo a esta medida impositiva. Y obviamente tienen razón, la lógica más básica les asiste. ¡La medida es solamente recaudatoria!
Las empresas navieras modificarían sus rutas a otros sitios del caribe internacional, en el cual los empresarios locales estimulan la llegada de cruceristas con atractivas ofertas. Con costos inferiores a los de Cozumel, Mahahual o Progreso. Si se aplicara este impuesto México sería el destino más costoso del Caribe. Los puertos mexicanos serán 213% más caros en comparación con otras terminales portuarias del Caribe (https://n9.cl/4r03r2).
Por ese impuesto recaudatorio los puertos mexicanos sufrirían tremendo impacto negativo, además de perder competitividad contra otros destinos de las mismas navieras. Una voz de calidad despunta en Cozumel “Lamentable que se tomen decisiones que afectan a todos los que habitamos esta bella isla, Cozumel” (https://n9.cl/1g75n).
En una invitación a la congruencia, les hizo un llamado a los senadores #AnahíGonzález #GinoSegura #MayuliMartinez para defender y ser la voz de las y los Quintanarroenses, en especial de Cozumel.
Circula la idea de que ese impuesto, ya aprobado por el congreso mexicano, sería aplicable hasta después de los seis meses de 2025. ¡Nada oficial!
Es canija la terquedad, hasta enfermiza, descompone al individuo, y más sí ostenta el poder otorgado por los ciudadanos, pues se olvida de ellos y hasta atenta en su contra. Ya veremos en que concluye este onirismo recaudatorio.
PD.- “… la ciencia no me interesa. Me parece presuntuosa, analítica y superficial. Ignora el sueño, el azar, la risa, el sentimiento y la contradicción, cosas todas que me son preciosas”. Luis Buñuel Portolés, (1900-1983) Cita de Mi último suspiro (https://n9.cl/b711t).
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