sáb. Abr 20th, 2024

Viborianus

Victoriano Robles Cruz

Algo de polarización política…

Las polarizaciones en tiempos de campaña siempre están presentes. La confrontación política rebasa los límites de la civilidad política, las arengas para conquistar votos rebasan lo apropiado, la lógica política se pierde y los agravios e injurias toman su lugar.

La incivilidad política para denostar cualidades de los adversarios es usada frecuentemente y, por lo regular siempre es consumida por quienes están mermados de aceptación ciudadana y pretenden con el denostamiento ascender en las preferencias para conseguir votos.

Las críticas ácidas, los ataques personales y las burlas pendencieras son menores ante lo que se dice vía redes sociales. La belicosidad de los pequeños candidatos asoma instantáneamente contra los rivales políticos de mayor músculo.

La polarización político-electoral, ese enfrentamiento directo y frontal contra el candidato con mayores probabilidades de ganar, dogmáticamente conocido con las cualidades de “el bueno” y “el malo”.

La polarización en sí, es riesgosa, ya que suele estar vinculada a la falta de moderación y a la ausencia de diálogo. Cada posición desconoce la validez de la otra, lo que puede derivar en situaciones de violencia y en diferentes tipos de enfrentamiento”.

El órgano electoral no siempre ordena el proceso electoral -oportunamente-, de este común maniqueo, para evitar las confrontaciones. Es obvio, y realmente necesario, porque los encuentros y enfrentamientos entre simpatizantes pueden llegar a ser peligrosos y violentos. ¿Quién detiene a las hordas de envalentonados partidarios?

Sí de por sí, ya es una pauta de incivilidad, ramplonería y brutalidad política de los contendientes ésta polarización, contimás entre los simpatizantes y partidarios. Las cosas pueden desbordarse en regiones rurales y marginales. No todos tienen la capacidad para armonizar grupos sociales, para controlarlos, así que los riesgos de la polarización pueden ser graves. Entonces, ¿para qué utilizarlos? ¿Será eso lo que buscan?

Por otra parte, pero en el mismo tenor, hemos visto ataques cuestionando el desempeño público de los contendientes, como si toda la responsabilidad le perteneciera; sin embargo, al verdadero comprometido con las tareas de la seguridad pública se llama Carlos Joaquín.

Pero, a éste personaje nadie lo menciona por el enorme desprestigio delincuencial que asuela a los quintanarroenses. Todos los indicadores delictivos de Quintana Roo se fueron a las nubes desde la llegada de Carlos Joaquín al gobierno. ¿Qué complicidades traen los candidatos con él?, que ni con el pétalo de una flor lo tocan. ¡Él es el verdadero culpable del desmadre delictivo en Quintana Roo! ¡Mucho material tenemos para demostrarlo! Sin embargo, quienes polarizan ni lo mencionan.

Regresando… “en el ámbito micro-social, lo más preocupante de los efectos producidos por la polarización político-electoral son las discordias familiares, riñas vecinales o agresiones verbales interpersonales, en forma directa o a través de las redes sociales, entre individuos que ni siquiera se conocen, debido a un apasionamiento irracional de los simpatizantes de los candidatos en contienda”.

Debemos tratar de evitar las confrontaciones físicas o verbales con quienes no piensan igual que nosotros, que nuestra pobreza o debilidad intelectual y política no nos gane, pues no producen resultado positivo y, en contrario, sí, prevengamos cualquier resentimiento o agravio hacia nuestros semejantes.

  1. La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil”. Jacques Benigne Bossuet (1627-1704) Clérigo católico francés y escritor.
  2. La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter”. Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán.

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